
Protocolo de alistamiento para galpones de pollos de engorde
La preparación sanitaria del galpón entre lotes es esencial para la bioseguridad y el desempeño productivo de los pollos de engorde. Este proceso sistemático —a veces denominado “todo adentro, todo afuera”— abarca desde la salida del lote anterior hasta la entrada de los nuevos pollitos.
PRODUCCION ANIMAL
6/18/20259 min leer
La preparación sanitaria del galpón entre lotes es esencial para la bioseguridad y el desempeño productivo de los pollos de engorde (1, 2). Este proceso sistemático —a veces denominado “todo adentro, todo afuera”— abarca desde la salida del lote anterior hasta la entrada de los nuevos pollitos. En palabras de especialistas, “el éxito de un lote se prepara desde el momento de la salida del lote anterior” (1). Por ello se requiere un plan organizado de limpieza y desinfección, que minimice la presencia de patógenos y garantice un ambiente óptimo antes de la entrada de las aves.
Retiro del lote anterior y desechos iniciales
Tras la salida de los pollos, el galpón queda vacío y se inicia el retiro de residuos y equipos móviles. Se recomienda proceder de inmediato con las siguientes tareas:
Desinsectación temprana: aplicar insecticidas o acaricidas dentro de la primera hora tras el vaciado, mientras la cama aún está caliente, para eliminar garrapatas, pulgas, gusanos de la harina y otros ectoparásitos que buscan refugio al enfriarse el gallinero (3).
Control de roedores: colocar cebos rodenticidas en bodegas de alimento y zonas perimetrales, aprovechando que el galpón está libre de comida (4, 5). Al no haber alimento disponible, los roedores acuden con facilidad a estos cebos.
Extracción de equipos y materiales: desmontar y sacar del galpón todos los comederos, bebederos, jaulas, pesas y demás implementos de crianza para su limpieza externa (6, 7). También se debe retirar la ropa de trabajo usada.
Drenaje de agua y desechos: vaciar completamente los circuitos y tanques de agua potable (8). Luego retirar la cama vieja, excrementos y residuos sólidos acumulados (pollinaza) (8, 9). Eliminar inmediatamente estos desechos reduce el riesgo de plagas, pues residuos orgánicos atraen insectos vectores y roedores (9).
Esta fase inicial busca dejar el galpón libre de materia orgánica gruesa. Una limpieza en seco cuidadosa (barrer y raspar) es la base de cualquier programa exitoso de lavado y desinfección (2, 10).
Limpieza en seco (barrido y raspado)
Con el galpón vacío de equipos, se realiza la limpieza en seco:
Barrer y raspar: barrer minuciosamente suelos, paredes, techos y estructuras fijas, y raspar cualquier resto de heces o cama adherida (2, 10). Debe hacerse un barrido completo, incluyendo vigas, vigas, cortinas plásticas y bajo los comederos. Raspar el piso hasta eliminar las costras de material orgánico es crucial, ya que los desinfectantes no penetran capas sólidas de suciedad (10, 11).
Eliminación de telarañas y polvos: limpiar telarañas, plumas y polvo acumulado en techos y ventiladores para no dejar coberturas que dificulten la desinfección posterior (10).
Flameado (opcional): en algunos protocolos se utiliza el flameado superficial de estructuras metálicas o de malla para esterilizar áreas susceptibles, ya que el calor elimina gran cantidad de gérmenes sensibles (12). Este paso es sencillo y puede reducir cargas microbianas resistentes.
La limpieza en seco exhaustiva asegura que los detergentes y desinfectantes actúen sobre superficies descubiertas, evitando que la suciedad forme barreras protectoras (10, 11).
Limpieza en húmedo (lavado y detergencia)
Una vez culminado el barrido, se procede al lavado con agua y detergente:
Lavado general: aplicar agua a presión en paredes, pisos y techos, combinada con detergentes alcalinos o enzimáticos. Insistir especialmente en canaletas, bebederos, comederos, máquinas de alimento, silos, y cualquier superficie dura (13, 14). En sistemas de agua por goteo o nipple se deben abrir las líneas para permitir la limpieza interna. Se recomienda utilizar agua caliente (si está disponible) ya que mejora la remoción de grasa y proteínas (14).
Enjuague abundante: eliminar todos los residuos de detergente lavando varias veces con agua limpia (15). Es fundamental quitar los restos de jabón pues estos pueden inactivar los desinfectantes en fases posteriores (15, 16).
Secado del galpón: favorecer el secado mediante ventiladores, dejando puertas abiertas o usando calefactores. El piso y la cama deben estar completamente secos antes de aplicar desinfectantes.
Este lavado húmedo reduce drásticamente la carga orgánica y microbiana. Según expertos, la operación de lavado es la que más reduce la carga de patógenos, y la desinfección solo será eficaz si las superficies están bien lavadas (14, 17).
Desinfección
Con las superficies limpias y secas, se aplica desinfectante químico siguiendo buenas prácticas:
Selección de desinfectante: utilizar productos aprobados para la industria alimentaria y avícola 9 . Entre los más comunes están fenoles, compuestos de amonio cuaternario, halógenos (por ejemplo, hipoclorito), yodalforos o aldehídos. Cada uno debe usarse según instrucciones del fabricante (dosis y tiempo de contacto). Nota: el formaldehído en forma de vapor ha sido tradicionalmente el “estándar” por su penetración, pero hoy se desalienta su uso continuo por riesgos sanitarios (18).
Aplicación del producto: rociar o fumigar todos los espacios y equipos expuestos, asegurando cobertura total. Algunos avicultores prefieren la nebulización (térmica o por compresión) ya que el vapor/gas llega a rendijas inaccesibles (19, 20). También se deben desinfectar las tuberías de agua llenándolas con el desinfectante líquido por varias horas (21) .
Tiempo de acción y seguridad: respetar el tiempo de curado recomendado (por ejemplo, dejar actuar el producto 2-4 horas) y luego ventilar el galpón completamente. Durante la desinfección, mantener el galpón cerrado y sin ingreso de personas ajenas (11, 22). El personal debe usar equipo de protección (guantes, mascarilla, botas) según instrucciones.
En todo caso, la desinfección no sustituye al lavado: solo destruye microbios presentes en superficies bien preparadas (11, 17). Se destaca que gran parte de la reducción de patógenos ocurre en el lavado inicial; la desinfección “sólo tiene un efecto satisfactorio si se hace sobre una superficie correctamente lavada” (17).
Control de plagas (insectos y roedores)
Durante el alistamiento se potencia el manejo de plagas:
Insectos: controlar ácaros, pulgas, escarabajos de la cama, moscas y otros vectores. El momento posterior al retiro de la cama vieja es propicio pues falta alimento y refugio, facilitando su eliminación (23). Se pueden fumigar los pisos y rincones con insecticidas específicos, o aplicar tratamientos ambientales (nebulización) contra insectos voladores. Mantener telas mosquiteras o cortinas sanitarias en aberturas previene reinvasiones.
Roedores: además de los cebos iniciales, mantener un programa permanente: inspeccionar y rellenar cebos rodenticidas en bodegas de granos y alrededores (4, 5). Revisar sellos y rejillas: los roedores pueden entrar por fisuras menores a 2 cm. Aprovechar el vacío sanitario para rematar la desratización.
Otros vectores: usar mallas en aberturas para aves silvestres y repelentes o trampas donde lo requiera. Mantener libre de vegetación el perímetro inmediato (5 m aprox.) para evitar hospederos de plagas (24).
Un manejo integral de plagas es clave en el alistamiento: mientras más escasez de sustratos de alimento quede, más efectiva será la erradicación de insectos y ratas (5, 23).
Verificación de sistemas y equipos
Con todo limpio, se revisan a fondo los sistemas del galpón:
Bebederos y comederos: armar y chequear funcionamiento. Asegurar que fluyan bien los bebederos (presión de agua adecuada) y que los comederos distribuyan pienso de forma uniforme. Calibrar los sistemas automáticos según el tamaño del nuevo lote.
Ventilación y climatización: probar ventiladores, extractores y cortinas. Verificar que los termostatos, termohigrómetros y controladores funcionen correctamente. Revisar calefactores o estufas (criadoras) y las vías de salida de humo o aire. Ajustar velocidad o altura de las cortinas según las necesidades.
Alimentación y agua: comprobar la estanqueidad y funcionamiento de silos, tolvas y cintas transportadoras de alimento. Inspeccionar bombas y filtros de agua. Desinfectar los tanques y conductos antes de llenarlos; según Sasso Poultry se aconseja llenar las tuberías con desinfectante y después enjuagar (21) .
Iluminación y seguridad: revisar lámparas y generadores eléctricos; reemplazar focos fundidos. Probar sistemas de emergencia y seguridad (extintores, señalización).
En resumen, todos los equipos reinstalados deben funcionar correctamente antes del arribo de las aves (25). Esto incluye criadoras o calefactores, reguladores automáticos, termohigrómetros, los bebederos y comederos reconstruidos, sistemas de iluminación y ventilación, bombas de agua, y cualquier otro automatismo. Sólo así se garantiza un ambiente estable y sin interrupciones para los nuevos pollitos (25).
Preparación de la cama
Una cama limpia y bien colocada es vital para el bienestar y la higiene inicial:
Colocación de material: esparcir el nuevo material de cama (paja, aserrín, viruta, corcho u otro) sobre piso completamente seco, evitando acumulaciones de humedad. Aplicar cal agrícola en el piso antes de la cama (práctica común) ayuda a absorber humedad residual y a desinfectar mecánicamente (26).
Espesor y nivelación: cubrir uniformemente todo el galpón con un grosor adecuado (por ejemplo, 10-15 cm de viruta), sin dejar zonas desnudas o bultos. Un piso parejo con cama estable evita lesiones en las aves jóvenes.
Fumigación de cama (opcional): antes del ingreso de pollitos, se puede tratar la cama con insecticida de contacto (por aspersión) para eliminar posibles insectos o agentes patógenos presentes en el material nuevo (26).
Precalentamiento del galpón: algunos productores encienden las criadoras o calefactores varias horas antes de recibir los pollitos, subiendo la temperatura interna. Esto evapora humedad remanente y crea un ambiente cálido y seco en la cama, ideal para la llegada de las aves jóvenes (27).
La correcta preparación de la cama contribuye a un buen arranque: reduce la presión de enfermedades entéricas y facilita que los pollitos encuentren agua y alimento rápidamente. Tras colocar la cama nueva, no debe residir materia orgánica expuesta que pueda actuar como reserva de patógenos.
Vacío sanitario
Con todas las tareas de limpieza, desinfección y preparación realizadas, inicia el vacío sanitario: el período en que el galpón permanece sin aves. Durante este lapso se consigue una reducción adicional de la carga microbiana. Las recomendaciones técnicas sugieren un vacío de 14 a 21 días (al menos dos semanas) desde la finalización del saneamiento previo (28, 29). Bajo estas condiciones, la contaminación de superficie baja considerablemente.
Durante el vacío sanitario no se debe permitir acceso no esencial al galpón (22). Es conveniente repetir la desinfección (al menos una segunda vez) una vez transcurrido ese tiempo y antes de ingresar las aves. De este modo se aprovecha para reactivar cebos de roedores y realizar una limpieza final de las inmediaciones. Según Sasso Poultry, cerrar el galpón al menos 24 horas después de la desinfección y ventilar al final, seguido de un vaciamiento de 21 días cerrado, es ideal (29). En la práctica, este período favorece la “caída de la carga microbiana” remanente, pues los agentes patógenos no tienen huéspedes ni condiciones óptimas para sobrevivir (22).
Medidas de bioseguridad complementarias
Además de las fases anteriores, se deben reforzar las medidas generales de bioseguridad:
Control de acceso: delimitar zonas limpias/sucias. A la entrada de cada galpón debe haber pediluvio con solución desinfectante (p. ej. yodada) para el calzado (30). Antes de sumergir las botas, limpiarlas de barro o heces; rellenar el pediluvio semanalmente. También se recomienda arco de desinfección vehicular en el acceso a la granja, lavando completamente los camiones (cabina, bajos, ascensores) con jabón y desinfectante antes de entrar (31).
Vestuario exclusivo: usar ropa y botas exclusivas para el galpón limpio (guardar el overol de zootecnia aparte). Exigir lavado de manos rutinario. Colocar cambiadores o guardarropas en la entrada. Registrar todas las visitas, evitando el ingreso de personas ajenas; en caso de visitas necesarias, que utilicen ropa desinfectada y pediluvio (32, 33).
Limpieza de exteriores y alrededores: mantener el perímetro libre de maleza y escombros para dificultar albergue de roedores. Revisar barreras perimetrales (malla alrededor del galpón, puertas cerradas). Los vehículos agrícolas y tractores también deben limpiarse y desinfectarse al entrar a la zona avícola.
Agua potable: asegurar suministro de agua de calidad; idealmente potabilizar o clorar al 2-3 ppm antes de instalar bebederos. Se recomienda analizar la calidad del agua al menos anualmente. Los tanques de reserva deben haberse lavado y desinfectado durante el alistamiento (Sasso pide desinfectar canalizaciones de agua) (21 ).
En suma, los procedimientos de limpieza, desinfección y manejo son la base de la bioseguridad en la granja. “Sin una buena limpieza y desinfección de la granja no se puede mantener la explotación libre de microorganismos” . Seguir estas prácticas integrales —incluyendo pediluvios, ropa especial y control de visitantes— asegura que el nuevo lote de pollitos ingrese a un ambiente limpio y protegido.
Conclusiones. El alistamiento de galpones de engorde es un proceso meticuloso con fases bien definidas: retiro de residuos, limpieza en seco, lavado, desinfección, control de plagas, verificación de equipos, colocación de cama y mantenimiento de vacío sanitario. Cada etapa es imprescindible para romper el ciclo de los patógenos y crear un entorno higiénico. Como resumen, “la exigente limpieza en seco es la base” de este programa (2) y el lavado posterior reduce la carga microbiana mucho más que la desinfección por sí sola (17). Aplicando estas buenas prácticas avícolas en cada paso, se protege la salud de las aves y se optimiza la productividad del nuevo lote.
Fuentes: Recomendaciones técnicas avícolas y protocolos de bioseguridad actuales, como las expuestas por Sasso Poultry (1, 29), veterinarios especializados 11 15 y manuales de manejo avícola (2, 5), soportan las directrices aquí descritas. Cada referencia respalda aspectos clave del alistamiento profesional.
(1, 3, 4, 6, 7, 8, 13, 17, 19, 21, 22, 29) Limpieza, desinfección y vacío sanitario - Europe | Sasso Poultry
https://europe.sasso-poultry.com/es/articles/limpieza-desinfeccion-y-vacio-sanitario/
(2, 12, 23, 25, 26, 27, 28, 32) El alistamiento previo a la recepción en pollo de engorde - El Sitio Avicola
(5, 10, 14, 15, 16, 20, 24, 30, 31, 33, 34) Microsoft Word - Bioseguridad en granjas avícolas.doc https://www.adiveter.com/ftp_public/A31307.pdf
(9) argentina.gob.ar
https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/manual_de_avicultura_2oano.pdf
(11, 18) Desinfección de galpones en avicultura. Desinfectantes y Metodología
https://www.veterinariadigital.com/articulos/desinfeccion-de-galpones-en-avicultura/
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