Principales problemas de conducta en perros
La convivencia con un perro implica también entender y prevenir posibles alteraciones conductuales. Estudios recientes indican que más del 99 % de los perros presentan al menos una conducta problemática de intensidad moderada o grave.
MASCOTAS
6/4/20257 min leer
La convivencia con un perro implica también entender y prevenir posibles alteraciones conductuales. Estudios recientes indican que más del 99 % de los perros presentan al menos una conducta problemática de intensidad moderada o grave (1, 2). Entre los problemas más frecuentes están la agresividad, la ansiedad por separación, la destructividad, los miedos o fobias, el ladrido excesivo y las conductas compulsivas. A continuación se describen cada uno de estos problemas desde una perspectiva científica y etológica, seguidos de estrategias prácticas de prevención y manejo.
Agresividad
La agresividad en perros se manifiesta como comportamientos amenazantes o ataques con intención de dañar (3). Puede presentarse como gruñidos, mordidas o posturas intimidantes, y sus causas suelen incluir el miedo, la protección de recursos, la territorialidad o la frustración (3, 4). De hecho, el miedo es la causa subyacente de la mayoría de las agresiones caninas (5). Este problema es muy común en las consultas veterinarias; por ejemplo, más de la mitad de los veterinarios británicos han observado un aumento de casos agresivos en perros jóvenes durante la pandemia, asociado a una socialización inadecuada en los primeros meses de vida (6, 7). Para tratar la agresividad es fundamental identificar y evitar los desencadenantes específicos, así como usar técnicas de modificación de conducta basadas en recompensas. Se recomienda mantener al perro por debajo del umbral de estrés (evitar situaciones abrumadoras), entrenarlo con refuerzo positivo y, en casos severos, buscar apoyo de un especialista o considerar medicación ansiolítica (8, 9).
Ansiedad por separación
La ansiedad por separación ocurre cuando el perro experimenta malestar emocional al quedarse solo. Según informes veterinarios, alrededor del 14 % de los perros la padecen (10). Se manifiesta con conductas como masticar muebles u objetos, ladridos o aullidos prolongados, micciones o defecaciones inapropiadas, salivación excesiva e intentos desesperados de escapar al ausentarse el dueño (11, 12). Esta patología puede tener orígenes diversos: es más frecuente en perros separados de sus madres antes de los 60 días o en machos adoptados en refugios, mientras que la socialización adecuada durante la adolescencia (5–10 meses) y rutinas predecibles parecen proteger frente a ella (13). Ante síntomas de ansiedad por separación se recomienda aplicar desensibilización (acostumbrar gradualmente al perro a la soledad) y contra condicionamiento (asociar la ausencia del dueño con estímulos positivos, como juguetes interactivos con comida) (14). También ayuda crear un ambiente tranquilo (por ejemplo, zona con cama y objetos familiares) y evitar despedidas dramáticas. En casos muy intensos puede ser necesario el apoyo farmacológico con ansiolíticos bajo supervisión veterinaria.
En la conducta destructiva (masticar muebles, romper objetos, cavar en el jardín) el perro suele estar manifestando su curiosidad o ansiedad, no mala intención. Muchas de estas acciones son conductas exploratorias normales que surgen cuando el perro no recibe suficiente ejercicio o estímulo (15). Con frecuencia se asocian a estados de estrés o aburrimiento: los perros ansiosos vuelcan esa tensión rompiendo cosas cuando el dueño está fuera (16, 17). Por ello, es clave proporcionarle ejercicio diario y juguetes adecuados (por ejemplo, mordedores o juguetes dispensadores de comida) que le permitan canalizar su energía (15). También conviene supervisarlo o restringirlo (ej. en un área con objetos seguros) cuando no pueda estar vigilado, para evitar que se dañe el mobiliario.
Miedos y fobias
Los perros pueden desarrollar respuestas de miedo muy intensas ante diversos estímulos. El miedo es una reacción normal frente a una amenaza real o percibida, mientras que la fobia es un miedo irracional y exagerado (18). Entre las presentaciones comunes se incluyen el temor a otros perros o a personas desconocidas (especialmente niños), a ruidos fuertes o nuevos (petardos, tormentas, aspiradoras) y a situaciones o lugares específicos (visitar al veterinario, superficies extrañas) (19). Por ejemplo, las fobias al ruido —como truenos o fuegos artificiales— son muy frecuentes y suelen provocar intentos de huir o de esconderse (20). El manejo de estos miedos se basa en el contracondicionamiento: exponer al perro de forma gradual al estímulo temido en un entorno controlado, asociando cada exposición con refuerzos positivos (premios o caricias) para que aprenda a reaccionar con calma. Cuando sea posible, se habilita un refugio seguro en casa y, en casos graves, se puede recurrir a medicación ansiolítica bajo orientación profesional.
Ladridos excesivos
El ladrido es una forma natural de comunicación canina, pero puede convertirse en un problema si es excesivo. Los perros ladran por razones variadas: excitación o juego, alerta ante extraños, defensa del territorio, miedo o ansiedad, frustración (querer hacer algo y no poder), soledad o búsqueda de atención (21, 22). Para corregir un ladrido excesivo es fundamental identificar la causa subyacente. Se enseña al perro la orden de “silencio” reforzando con premios cada período en el que permanece callado, y se evita reforzar el ladrido (por ejemplo, no atenderlo cuando ladra sin motivo). En general, los métodos punitivos (collares de choque o gritos) se desaconsejan porque solo reprimen temporalmente la conducta y aumentan el estrés y el miedo (23). Asimismo, es útil enriquecer su rutina con ejercicio y juegos para reducir la ansiedad o el aburrimiento que frecuentemente acompañan a los ladridos sin motivo real.
Comportamientos compulsivos
Los trastornos compulsivos en perros consisten en la repetición incontrolada de conductas aparentemente estereotipadas y sin propósito, como perseguirse la cola, dar vueltas sobre sí mismos, acicalarse o morderse hasta causarse heridas (24, 25). Se asemejan a las obsesiones en humanos: suelen aparecer en situaciones de frustración o conflicto cuando el perro no logra resolver un estímulo estresante (25). Algunas razas (como Bull Terrier, Pastor Alemán, Doberman) están predispuestas a desarrollar conductas estereotipadas desde cachorros. El tratamiento suele combinar cambios en el manejo ambiental (más ejercicio físico y juguetes para morder) y terapia conductual (por ejemplo, interrumpir la conducta y distraer al perro) con medicación. En muchos casos se emplean inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ej. clomipramina) para reducir la ansiedad subyacente, ya que esta medicación ha mostrado mejorar los síntomas compulsivos en una proporción significativa de perros (26).
Estrategias de prevención y manejo
Prevención general:
Socialización temprana: exponer gradualmente al perro a personas, otros animales y distintos entornos durante su etapa de cachorro, de forma positiva, para reducir el riesgo de miedos y ansiedad futura (27).
Ejercicio y enriquecimiento: proporcionarle actividad física diaria (paseos, juegos) y juguetes interactivos que satisfagan su instinto exploratorio y eviten el aburrimiento (28).
Entrenamiento con refuerzo positivo: enseñar órdenes básicas recompensando siempre el buen comportamiento. Se recomienda evitar castigos físicos o técnicas agresivas, pues solo suprimen la conducta sin solucionar la causa y pueden generar más miedo o agresión (29).
Rutinas y salud: mantener horarios previsibles de alimentación y paseo. Consultas veterinarias regulares ayudan a descartar dolor articular, disfunciones neurológicas u otras afecciones que pudieran desencadenar mal comportamiento (9, 30). Cambios bruscos en la rutina (mudanzas, pérdidas familiares, falta de ejercicio) son factores de riesgo conocidos de problemas conductuales (30).
Manejo específico:
Agresividad: evitar inicialmente las situaciones conflictivas y usar siempre correa para controlar al perro. Iniciar adiestramiento básico de obediencia, reforzando la calma con premios. La desensibilización gradual al estímulo conflictivo es útil, y en casos severos conviene consultar a un etólogo o etólogo-veterinario (8, 9).
Ansiedad por separación: practicar salidas cortas repetidas, aumentando progresivamente la duración. Asociar la ausencia del dueño con juguetes dispensadores de comida y dejar música ambiental suave. Evitar dramatizar el momento de la partida y mantener actitudes neutrales al salir y volver. En casos agudos se puede valorar tratamiento farmacológico según indicación profesional (14).
Conducta destructiva: reforzar conductas alternativas (por ejemplo, enseñar “suéltalo” o “fuera”) y restringir el acceso a objetos valiosos cuando el perro esté sin supervisión. Proporcionarle juguetes masticables seguros y asegurarse de que hace suficiente ejercicio antes de quedarse solo. En algunos casos puede ser útil el uso entrenado de jaula como espacio seguro.
Miedos y fobias: exponer al perro gradualmente al estímulo temido mediante sesiones breves y controladas (desensibilización), al tiempo que se le administra premios o caricias (contracondicionamiento). Crear refugios seguros (por ejemplo, habitación aislada) durante tormentas o pirotecnia y usar feromonas o medicación ansiolítica en los casos más intensos.
Ladridos excesivos: una vez identificada la causa (boredom, territorialidad, miedo, etc.), modificar el entorno (por ejemplo, bloquear la vista hacia la calle) y entrenar la orden de “silencio” reforzando la conducta tranquila. Se debe recompensar el comportamiento calmado en lugar de regañar cada ladrido, y evitar castigos que aumenten el estrés (21, 22).
Compulsiones: interrumpir suavemente la conducta repetitiva mediante órdenes o distracción. Aumentar el enriquecimiento ambiental (más paseo y juegos) para reducir el estrés. En la mayoría de los casos se asocia tratamiento farmacológico (ISRS o clomipramina) que ayude a disminuir la ansiedad patológica subyacente (26).
Conclusión: Comprender las necesidades etológicas del perro (necesidad de socialización, juego, jerarquía clara, etc.) y aplicar métodos de adiestramiento basados en refuerzo positivo permite prevenir y corregir gran parte de los problemas conductuales. La detección temprana de signos de malestar, una socialización adecuada y el manejo profesional en caso de problemas persistentes son claves para el bienestar tanto del perro como de su familia (14, 29).
Fuentes: La información anterior se basa en estudios recientes de veterinaria del comportamiento y etología canina (1, 3, 14, 26), explicada de forma accesible para propietarios de mascotas. Cada afirmación relevante está respaldada por las referencias citadas.
(1, 2) More Than 99% Of US Dogs Have A Behavior Problem, Texas A&M Researcher Finds – Texas A&M Stories
(3, 4, 5, 8, 9, 10, 11, 15, 16, 18, 19, 20, 24, 27, 28, 29) Problemas de comportamiento de los perros - Comportamiento - Manual de veterinaria de Merck
https://www.merckvetmanual.com/es-us/comportamiento/comportamiento-social-normal-y-problemas-de-comportamiento-de-los-animales-dom%C3%A9sticos/problemas-de-comportamiento-de-los-perros
(6, 7) Veterinarios advierten de un aumento de comportamientos agresivos en los perros adquiridos durante la pandemia
https://www.animalshealth.es/mascotas/veterinarios-advierten-aumento-comportamientos-agresivos-perros-adquiridos- pandemia-covid-19
(12, 13) Canine separation anxiety: strategies for treatment and management - PMC
https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7521022/
(14, 17) Explaining Destructive Behavior in Dogs • MSPCA-Angell
https://www.mspca.org/pet_resources/explaining-destructive-behavior-in-dogs/
(21, 22, 23) Excessive barking | Cornell University College of Veterinary Medicine
https://www.vet.cornell.edu/departments-centers-and-institutes/riney-canine-health-center/canine-health-information/ excessive-barking
(25, 26) Frontiers | An Interdisciplinary Approach for Compulsive Behavior in Dogs: A Case Report
https://www.frontiersin.org/journals/veterinary-science/articles/10.3389/fvets.2022.801636/full
(30) Separation Anxiety in Dogs: Signs, Causes, and Prevention
https://www.akc.org/expert-advice/training/dog-separation-anxiety/
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