Estrés en bovinos: causas, consecuencias y prácticas de manejo
El estrés en el ganado bovino ocurre cuando los animales enfrentan condiciones que superan su capacidad de adaptación (cambios climáticos, alimentación, manipulación, transporte, etc.).
PRODUCCION ANIMAL
8/19/20259 min leer
El estrés en el ganado bovino ocurre cuando los animales enfrentan condiciones que superan su capacidad de adaptación (cambios climáticos, alimentación, manipulación, transporte, etc.) (1). Numerosos estudios resaltan que el estrés perturbador no solo compromete el bienestar y la salud de los animales, sino que repercute negativamente en la eficiencia productiva y económica de la ganadería (2, 3). Ganaderos y organismos internacionales (OIE, FAO, institutos técnicos) coinciden en promover un manejo racional con énfasis en bienestar animal, ya que un manejo adecuado mejora el rendimiento y la rentabilidad de la producción (2, 3).
Principales causas del estrés en bovinos
El estrés en los bovinos puede originarse por múltiples factores, frecuentemente actuando de forma combinada (1). Entre las principales causas destacan:
Condiciones ambientales extremas: Cambios bruscos de temperatura o humedad, vientos fuertes, lluvias prolongadas, frío o calor intenso, sequías o inundaciones (4). La exposición continua a un calor excesivo genera “estrés térmico” que consume energía de engorde y disminuye el apetito (5, 6).
Infraestructura y alojamiento deficiente: Corrales precarios o mal diseñados, con bebedores/comederos de poca capacidad, mala ventilación, suelo resbaladizo o sucio, iluminación inadecuada y exceso de aglomeración (7, 8). Por ejemplo, la falta de sombra en pasturas puede incrementar el estrés térmico y deteriorar la homeostasis de los bovinos (5, 6).
Manejo brusco o abrupto: Procedimientos ganaderos rápidos o violentos (arreos apresurados, uso de bastones o picana, gritos, maniobras repentinas) aumentan el miedo y la ansiedad de los animales (3, 9). Cambios drásticos de ambiente (destete, traslado de potrero, ordeñe, vacunación) también son situaciones muy estresantes si se realizan sin cuidado.
Transporte inadecuado: Hacinamiento, movimientos bruscos, vibraciones, trayectos largos y falta de descansos al transportar el ganado provocan estrés severo. La OMSA (OIE) advierte que las “malas condiciones durante el transporte aumentan el estrés, causan lesiones, enfermedades y muertes, y acarrean graves consecuencias económicas”(10).
Alimentación y agua insuficiente o cambiantes: Ayuno prolongado antes de faena, dietas inadecuadas o cambios súbitos de alimentación (pasturas secas vs suculentas) causan estrés metabólico. La sed y la hambruna generan respuestas de alerta fisiológica en el ganado (8, 11).
Interacciones humanas negativas: El maltrato, los gritos, las maniobras invasivas y la inconsistencia en el trato afectan psicológicamente al ganado. Se ha demostrado que ejemplares habituados al contacto cercano y al manejo tranquilo presentan niveles de cortisol (hormona del estrés) significativamente menores que animales no manipulados (3, 12).
Estos factores estresantes suelen sumarse: por ejemplo, combinar alta temperatura con transporte o sobrepoblación intensifica la respuesta de estrés (13). En el feedlot, por ejemplo, el confinamiento con poco espacio y altas densidades exacerba el estrés y favorece enfermedades si no se maneja correctamente (14).
Consecuencias fisiológicas, productivas y sanitarias
El estrés activa sistemas neuroendocrinos (eje hipotálamo-hipófisis-adrenal) que elevan cortisol y catecolaminas, desencadenando respuestas fisiológicas drásticas (taquicardia, glucogenólisis, supresión inmune, etc.) (2, 15). Estas reacciones adaptativas tienen impactos negativos sobre la salud y la productividad:
Sistema inmune comprometido: Se reduce la defensa inmunológica, por lo que los animales estresados son más susceptibles a infecciones y enfermedades (8, 16).
Menor ingesta y ganancia de peso: El estrés inhibe el apetito y la rumia, disminuyendo la eficiencia alimenticia. Ganado muy agitado durante las maniobras muestra menores ganancias de peso que animales manejados tranquilamente (17, 18).
Baja producción de leche: En vacas lecheras, el estrés térmico u otros factores estresantes pueden reducir el consumo de materia seca hasta en un 25%, lo que conlleva caídas en la producción de leche (19). Estudios en Brasil encontraron que vacas gir bajo sombra produjeron en promedio 24% más leche (732 kg adicionales por lactancia) que sus pares expuestas al sol (6).
Trastornos reproductivos: El estrés altera las hormonas reproductivas (disminuye oxitocina, eleva cortisol) y retrasa la manifestación de celo, reduciendo índices de fertilidad y preñez (20, 21). Por ejemplo, ganado que sufrió estrés térmico intenso produjo menos embriones y peor calidad seminal, afectando la fertilidad de toros (22, 23).
Calidad de carne deteriorada: El estrés prefaena agota las reservas de glucógeno muscular. Esto eleva el pH post mortem y provoca carne oscura, seca y firme (DFD) con menor vida útil y aceptabilidad (24, 25). Además, los animales estresados suelen sufrir golpes y contusiones, que generan pérdidas económicas en la industria (por ejemplo, en EE.UU. se calculan 35 millones de dólares anuales perdidos por machucones en el ganado) (25).
Costo económico: Globalmente, el estrés se traduce en pérdidas. Un estudio estimó que en la industria láctea de EE.UU. las pérdidas por estrés calórico superan los 100 USD por vaca por año (26). De manera general, se ha comprobado que fincas con manejo cuidadoso obtienen mejores resultados económicos y evitan ineficiencias en toda la cadena productiva (3, 27).
En resumen, el estrés bovino incrementa gastos veterinarios, reduce productividad (peso, leche, fertilidad) y deteriora la calidad de los productos, afectando la rentabilidad de la explotación.
Estrategias efectivas para reducir el estrés
Para mitigar estos efectos negativos, se recomiendan prácticas de bienestar animal en todas las fases de producción. Destacan las siguientes estrategias:
Diseño adecuado de instalaciones: Corrales, bretes y mangas deben construirse con pasillos amplios, superficies antideslizantes y sin elementos que obstaculicen el movimiento. Se debe asegurar iluminación uniforme y evitar sombras o reflejos que asusten al ganado. El uso de techos reflectantes o ventilación natural reduce el exceso de radiación solar. Proveer suficiente espacio (p. ej., ~0.8 m²/vaca en comederos y 3.5–4.5 m²/vaca de sombra) evita la competencia y el estrés social (8, 28).
Sombra y agua potable accesible: Disponer sombra natural (árboles bien distribuidos) o artificial en corrales y potreros es muy efectivo para aliviar el estrés térmico. Estudios indican que vacas con sombra muestran mayor confort (menor frecuencia respiratoria) y hasta +10–24% de producción láctea (6, 28). Los bebederos deben estar limpios, bien posicionados (sin que el animal deba recorrer más de ~250 m) y con agua fresca disponible en todo momento (8, 29).
Manejo calmado y capacitación del personal: Educar al personal en manejo racional es clave. Se debe evitar golpear, gritar o amenazar innecesariamente a los animales, así como trabajar de forma organizada y paciente. Un manejo tranquilo (uso de banderas o bastones suaves, evitando maniobras bruscas) reduce notablemente el miedo y el estrés del ganado (3, 30). Se recomienda agrupar a los animales por categorías (vacas lactantes, preñadas, vaquillas, terneros, etc.) para minimizar peleas y jerarquías conflictivas (31). La formación continua del personal en bienestar (incluyendo los transportistas) mejora los resultados productivos (30, 32).
Rutinas y confort térmico: Ajustar horarios de manejo (pastoreo, ordeño, vacunación) evitando las horas más calientes del día puede reducir el estrés. Por ejemplo, adelantar o atrasar el ordeño y proveer ventiladores o aspersores en salas de espera al tambo mejoran el bienestar de vacas lecheras en verano. En sistemas estabulados, mantener una ventilación cruzada y niveles óptimos de humedad (mediante aspersores de baja presión) disipa el calor corporal (26, 33).
Diseño de corrales de carga y transporte: Los cargaderos deben tener pasarelas firmes y sin espacios abiertos entre camión y estructura para evitar escapes y colisiones (34). Al atracar el camión, asegurar que no queden huecos. Realizar cargues en pequeños grupos para prevenir embotellamientos. Para el transporte, es crítico planificar el viaje, garantizando ventilación, descansos regulares para alimentar y beber, y pisos cubiertos con cama de paja. Estos cuidados cumplen con las normas de la OMSA/OIE y reducen las lesiones y la pérdida de peso durante el traslado (10, 35).
Prácticas nutricionales y sanitarias: Mantener dietas balanceadas y agua limpia previene el estrés por hambre o sed. La distribución adecuada de alimentos según categoría (primero toros sementales, luego vacas paridas, etc.) evita competencia y estrés alimentario (36). Además, un calendario sanitario regular (vacunaciones, desparasitaciones) realizado con buen manejo reduce el stress inmunológico y sus costos asociados (8).
Estas estrategias de infraestructura y manejo tienen costos iniciales bajos o moderados, pero generan rápidos beneficios. Por ejemplo, proveer sombra y ventilación adecuadas en establos o potreros suele traducirse en un retorno positivo en forma de mayor producción o mejores índices reproductivos (reduciendo periodos abiertos y descartes) (6, 21).
Ejemplos prácticos y beneficios económicos
Diversos casos ilustran el impacto positivo de invertir en confort animal:
Sistema silvopastoril (Brasil): En un experimento de Embrapa, toros Nellore criados en pastos con sombra de eucaliptos tuvieron menor frecuencia de visitas al bebedero (–26% de consumo de agua) y lograron igual ganancia de peso con ~20% menos forraje, señalando mayor eficiencia metabólica (6, 37). En lechería, vacas Gir en sombra produjeron 24% más leche (732 kg más por lactancia) que vacas sin sombra (6). Además, la fertilidad mejoró: novillas bajo sombra aumentaron notablemente la producción de ovocitos y la tasa de preñez (de 40–50% a 63–65%) (21, 23). Según expertos, el sistema integrado agroforestal (sombra+ganado+cultivos) “es inteligente” pues combina sostenibilidad con mayor rentabilidad para el productor (21).
Manejo y transporte: Estudios de Temple Grandin y otros muestran que el manejo brusco en corrales de engorde reduce ganancias diarias; ganado nervioso al entrar a la manga tiene peso significativamente menor que el ganado tranquilo (18). Grandes plantas frigoríficas comprueban que el estrés previo a la faena aumenta cortes oscuros y contusiones, depreciando la carne (24, 25). En EE.UU., se estima que los machucones en cuero y carne cuestan al sector decenas de millones de dólares al año (25). Inversamente, corrales bien diseñados y personal capacitado (como promueve la certificación BQA) muestran menores lesiones y mejores rendimientos.
Salud y reproducción: Fincas lecheras con programas de manejo que minimizan el estrés (control térmico, ordeño uniforme, áreas de descanso confortables) reportan mejor persistencia de la lactancia y menores intervalos entre partos. Datos de Israel, por ejemplo, revelan pérdidas de hasta 1.000 kg de leche por lactancia en vacas paridas en verano caluroso (38). Mitigar el estrés calórico mediante sombras y enfriamiento, por tanto, tiene clara repercusión económica al sostener la producción y la eficiencia reproductiva.
Mercado y certificaciones: Finalmente, la demanda global apunta hacia productos con sello de bienestar. Estándares internacionales (Reglamento CE 1/2005, códigos OIE) exigen prácticas respetuosas durante transporte y engorde. Como destaca la OIE, cumplir estas normas es una inversión que “aumenta el valor de cada operación” (39). Un ganado manejado bajo principios de bajo estrés produce alimentos de mayor calidad y requiere menos intervenciones sanitarias, aspectos valorados por mercados y consumidores.
En suma, los estudios indican que cada dólar invertido en mejorar el confort térmico o el manejo del ganado suele redituar varios dólares en producción y salud. Por ejemplo, sistemas de mitigación de calor estudiados en EE.UU. resultaron económicamente óptimos, con pérdidas limitadas a ~$100 por vaca/año contra $167 sin mitigación (26). Aunque estos valores varían por región, el principio es claro: invertir en bienestar animal reduce riesgos productivos y aumenta la rentabilidad global del sistema ganadero (26, 27).
Conclusión
Reducir el estrés en el ganado bovino es fundamental tanto por razones éticas como económicas. Identificar y controlar los factores estresantes —clima, manejo, transporte, alimentación, interacciones humanas— evita deterioro en la salud y la productividad de los animales (1, 2). Implementar estrategias basadas en diseño de instalaciones apropiado, provisión de sombra y agua, rutinas de manejo calmado, y capacitación del personal asegura animales más sanos y productivos (3, 40). Los beneficios se reflejan en mayor crecimiento, mejor producción de leche, fertilidad óptima y menos pérdidas por lesiones o rechazos. Por ello, los ganaderos que adoptan prácticas de bienestar ven un impacto económico positivo a través de eficiencia mejorada y productos de mayor calidad (2, 21). En un contexto global donde consumidores y regulaciones exigen estándares elevados, estas prácticas no solo promueven un trato responsable de los animales, sino que fortalecen la competitividad y sostenibilidad económica de la ganadería (10, 21).
Fuentes: Estudios científicos y manuales técnicos de FAO, OIE y centros de investigación (SciELO, INTA, Embrapa, OMSA) respaldan la relación directa entre el manejo del estrés y el mejoramiento productivo y económico en bovinos (1, 2, 3, 6).
(1, 2, 4, 7, 9,11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 19, 20, 24, 27, 38) Estrés en ganado: causas y consecuencias
https://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1669-68402017000100014
(3, 18) PRINCIPIOS DE COMPORTAMIENTO ANIMAL PARA EL MANEJO DE BOVINOS Y OTROS HERBIVOROS EN CONDICIONES EXTENSIVAS
(5, 6, 21, 22, 23, 37) Los árboles en las pasturas mejoran la productividad bovina : Revista Pesquisa Fapesp
https://revistapesquisa.fapesp.br/es/los-arboles-en-las-pasturas-mejoran-la-productividad-bovina/
(8, 30, 31, 36, 40) Manejo sanitaria eficiente del ganado bovino: principales enfermedades
https://www.fao.org/4/as497s/as497s.pdf
(10, 32, 39)Transporte de animales: aplicar normas de bienestar animal
https://www.woah.org/es/articulo/transporte-de-animales-aplicar-normas-de-bienestar-animal/
(25) C:\Bavera\PERSON~4\PRODUC~2\INFORM~1\etologia\86-bienestar_e_impacto_economico.htm
(26) La Economía del Estrés por Calor: Implicaciones para el Manejo – DAIReXNET
https://dairy-cattle.extension.org/la-economia-del-estres-por-calor-implicaciones-para-el-manejo/
(28, 29, 33) ¿Qué estrategias implementar para mitigar el estrés por calor?
(34) bienestar animal 28.cdr
(35) ESTRÉS EN EL GANADO: Cómo prevenir el estrés del ganado en el transporte | Alltech
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