wooden ladle and chopping board with ginger during daytime

Cultivos funcionales: concepto y beneficios para la salud

Los cultivos funcionales son plantas cultivadas cuyo consumo aporta beneficios para la salud más allá de la nutrición básica. En general, se asimilan a los «alimentos funcionales», definidos como aquellos que satisfacen necesidades nutricionales básicas y, además, proporcionan efectos salutogénicos o reducen el riesgo de enfermedades.

PLANTAS Y CULTIVOS

12/7/20255 min leer

Los cultivos funcionales son plantas cultivadas cuyo consumo aporta beneficios para la salud más allá de la nutrición básica. En general, se asimilan a los «alimentos funcionales», definidos como aquellos que satisfacen necesidades nutricionales básicas y, además, proporcionan efectos salutogénicos o reducen el riesgo de enfermedades (1). Estos beneficios se deben a su riqueza en compuestos bioactivos (fenoles, terpenos, alcaloides, vitaminas, ácidos grasos esenciales, fibra prebiótica, etc.) que interactúan con procesos metabólicos clave. Por ejemplo, muchas moléculas de estos cultivos actúan como antioxidantes, neutralizando radicales libres, o modulan vías inflamatorias celulares (2, 3). Asimismo, sus fibras solubles y almidones resistentes ejercen un efecto prebiótico en el colon, favoreciendo la microbiota beneficiosa y mejorando la función intestinal (4). En conjunto, estas propiedades se han vinculado con la prevención de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y neurodegenerativas en la población (1, 5).

Ejemplos representativos de cultivos funcionales

Quinua (Chenopodium quinoa)

La quinua es un pseudocereal andino de elevado valor nutricional. Contiene aproximadamente 12–18 % de proteína de alta calidad (con todos los aminoácidos esenciales), 6–7 % de lípidos (ricos en ácidos grasos insaturados) y abundante fibra dietética (6). Además posee micronutrientes (vitaminas del grupo B, vitamina E, calcio, hierro, magnesio). Se han identificado numerosos compuestos bioactivos en sus granos: principalmente ácidos fenólicos y flavonoides (quercetina, kaempferol, orientina, vitexina, rutina, etc.) (7). Estos metabolitos exhiben potentes actividades antioxidantes y antiinflamatorias (2). Estudios recientes muestran, por ejemplo, que variedades de quinua con mayor contenido de polifenoles tienen significativamente más capacidad antioxidante en aceite extraído de sus semillas (8). En conjunto, estos compuestos pueden contribuir a reducir el riesgo de enfermedades crónicas: la quinua se ha asociado epidemiológicamente con menor incidencia de patologías cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos cánceres, efectos atribuidos a su perfil fitoquímico (2, 8).

Chía (Salvia hispanica)

La chía es una semilla oleaginosa originaria de Mesoamérica, valorada por su excepcional composición de nutrientes. Contiene cerca de 30–35 % de aceite, rico en ácidos grasos ω‑3 (principalmente ácido alfa-linolénico, ALA), alrededor de 20 % de proteínas vegetales y hasta 30 % de fibra soluble e insoluble (9). También aporta minerales (calcio, magnesio) y compuestos fenólicos (ácido clorogénico, cafeico, quercetina, miricetina, entre otros). Estos fitoquímicos confieren a la chía fuerte actividad antioxidante. De hecho, estudios bioquímicos muestran que las semillas de chía son “una excelente fuente de antioxidantes” (10). En síntesis, las semillas de chía contienen elevados niveles de ácidos grasos ω‑3, proteínas y compuestos fenólicos con actividad antioxidante (9). Por su parte, ensayos clínicos y meta-análisis han indicado que su consumo puede ayudar a regular la glucemia, mejorar los perfiles lipídicos (reduciendo triglicéridos) y disminuir la presión arterial, beneficios que se atribuyen a su efecto combinatorio antioxidante y antiinflamatorio (11). De hecho, autoridades sanitarias de la UE (EFSA) han avalado la inclusión de la chía en alimentos, sugiriéndola como complemento dietético para prevenir enfermedades degenerativas (diabetes tipo 2, hipertensión y dislipidemias) (11).

Amaranto (Amaranthus spp.)

El amaranto es otro pseudocereal sudamericano con perfil nutricional superior. Sus semillas aportan 13–19 % de proteína de alta calidad (rica en lisina y triptófano, aminoácidos limitantes en otros cereales) y notable contenido de fibra alimentaria. También suministra ácidos grasos insaturados, vitaminas (A, C) y minerales (hierro, calcio). Se han aislado compuestos bioactivos en el amaranto con diversas propiedades funcionales: por ejemplo, el ácido gálico y sus derivados presentes en el grano poseen efectos antioxidantes y antiinflamatorios (12). Asimismo, flavonoides como la quercetina y la rutina, ambos presentes en el amaranto, muestran actividad antioxidante, antiinflamatoria, antimicrobiana y cardioprotectora (13). De hecho, revisiones de la literatura señalan que extractos de amaranto exhiben efectos antioxidantes, antiinflamatorios e incluso antitumorales in vitro (6). Además, el amaranto contiene betalaínas (pigmentos como la amarantina) con acción antioxidante celular. En conjunto, su consumo se asocia a la mejora del perfil lipídico y a la reducción del daño oxidativo, lo que respalda su uso en dietas funcionales.

Cúrcuma (Curcuma longa)

La cúrcuma es una especia de raíz aromática (familia del jengibre) cuyo principal componente funcional es la curcumina, un pigmento fenólico de color amarillo. La curcumina ha sido ampliamente estudiada por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Ensayos clínicos controlados han demostrado que la administración diaria de curcumina (por ejemplo, 1 g/día durante 8–12 semanas) reduce significativamente los síntomas de osteoartritis, con una eficacia similar a la del ibuprofeno (14). A escala celular, la curcumina bloquea rutas inflamatorias clave (p.ej. factor NF-κB) y neutraliza especies reactivas de oxígeno, mitigando procesos inflamatorios en tejidos (5, 15). Además, estudios han asociado su consumo con beneficios en enfermedades metabólicas: por ejemplo, la curcumina atenúa la inflamación en el síndrome metabólico y mejora perfiles de lípidos y glucosa (5). Estas propiedades biofarmacológicas han llevado a considerar la cúrcuma como un ingrediente funcional valioso en la nutrición preventiva.

Otros cultivos de interés

Existen muchos otros cultivos con características funcionales destacadas. Por ejemplo, la moringa (Moringa oleifera) es una planta cuyas hojas y semillas concentran glucosinolatos, flavonoides, fenoles y carotenoides (16). Estudios in vitro e in vivo muestran que la moringa ejerce potentes efectos antioxidantes y antiinflamatorios, además de propiedades hipolipemiantes, hipoglucemiantes y hepatoprotectoras (17). Otras especies como el ajo, el cacao, la maca o las leguminosas precocinadas aportan compuestos fitoquímicos (alicina, polifenoles del cacao, glucosinolatos, fibra prebiótica, etc.) con funciones similares en la salud. En conjunto, estos cultivos sirven como fuentes naturales de nutracéuticos (nutrientes con acción farmacológica) integrables a productos alimentarios, suplementos o dietas especializadas.

Conclusiones

La evidencia científica actual demuestra que los cultivos funcionales aportan nutrientes y fitoquímicos que promueven la salud humana. Sus compuestos bioactivos –antioxidantes, antiinflamatorios, prebióticos, entre otros– han sido validados en estudios recientes como capaces de mejorar marcadores metabólicos y reducir riesgos de enfermedades crónicas (1, 17). Por ello, su integración en la cadena agroalimentaria y en la formulación de alimentos puede contribuir a estrategias de prevención nutrimental a gran escala. Para la industria agroalimentaria y profesionales de nutrición pública, estos cultivos representan una oportunidad de innovación y valor agregado, siempre apoyada en la creciente bibliografía científica disponible. No obstante, se señala la necesidad de más estudios clínicos controlados que cuantifiquen sus efectos en la población y permitan optimizar su producción y uso en dietas saludables.

Fuentes: Definición y conceptos de alimentos funcionales (1); propiedades nutricionales y fitoquímicas de la quinua (2, 8) ; perfil y beneficios de la chía (9, 11) ; compuestos activos del amaranto ; efectos de la curcumina (cúrcuma) (5,14); características de la moringa (16, 17). Estos estudios científicos sustentan los beneficios funcionales arriba mencionados.

(1, 4) argentina.gob.ar

https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/est_agr_estudio-panoramico-alimentos-funcionales_0.pdf

(2, 7) (PDF) Quinoa (Chenopodium quinoa): Nutritional composition and bioactive compounds of grain and leaf, and impact of heat treatment and germination

https://www.researchgate.net/publication/362564058_Quinoa_Chenopodium_quinoa_Nutritional_composition_and_bioactive_compounds_of_grain_and_leaf_and_impact_of_heat_treatment_and_germination

(3) Curcumin: A Review of Its’ Effects on Human Health - PMC

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5664031/

(5, 14, 15) Curcumina, un potente antiinflamatorio presente en la cúrcuma

https://www.clinicbarcelona.org/noticias/curcumina-un-potente-antiinflamatorio

(6) MARITA 1-2015.indd

http://www.revistasan.org.ar/pdf_files/trabajos/vol_16/num_1/RSAN_16_1_18.pdf

(8) repositorio.cidecuador.org

https://repositorio.cidecuador.org/bitstream/123456789/3242/2/Alfa_N23V8_Articulo_08.html

(9, 11) Chia (Salvia hispanica L.), a functional ‘superfood’: new insights into its botanical, genetic and nutraceutical characteristics - PMC

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11560377/

(10) SEMILLA DE CHIA: PERFIL DE ANTIOXIDANTES Y SU POTENCIAL TERAPÉUTICO - SOW

https://www.sow.cl/blogs/scientific/semilla-y-aceite-de-chia-perfil-de-antioxidantes-y-sus-potenciales-terapeuticos?srsltid=AfmBOoqd-PWBxntOF_LKK8JaDt75v4BniZOjRicMB-GPqh7KtoVRloUH

(12, 13) Amaranth and quinoa as potential nutraceuticals: A review of anti-nutritional factors, health benefits and their applications in food, medicinal and cosmetic sectors - PMC

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC10314148/

(16, 17) idus.us.es

https://idus.us.es/bitstreams/29816a07-5b78-43f8-9d93-4738925e0aed/download