Agricultura regenerativa: definición, prácticas y perspectivas globales
La agricultura regenerativa es un enfoque holístico que busca restaurar y mejorar los procesos ecológicos del suelo y del agroecosistema, más allá de simplemente mantener la productividad. Según la FAO, se enfoca en conservar y revitalizar los procesos biológicos del suelo, armonizando la producción agrícola con las dinámicas naturales.
PLANTAS Y CULTIVOS
8/29/202510 min leer
La agricultura regenerativa es un enfoque holístico que busca restaurar y mejorar los procesos ecológicos del suelo y del agroecosistema, más allá de simplemente mantener la productividad. Según la FAO, se enfoca en conservar y revitalizar los procesos biológicos del suelo, armonizando la producción agrícola con las dinámicas naturales (1). En la práctica, esto implica producir alimentos mientras se fomenta la biodiversidad y la fertilidad a largo plazo, generando ecosistemas más resilientes (1, 2). Rodale Institute describe este modelo como “más allá de la sostenibilidad”, mejorando activamente los recursos naturales en vez de solo preservarlos (3). A diferencia de la agricultura orgánica (que elimina agroquímicos) o de la agricultura “sostenible” convencional (que busca eficiencia con menos impacto), la regenerativa integra estrategias amplias de restauración, captura de carbono y circulación de nutrientes. Por ejemplo, Regen. Int. sostiene que la verdadera agricultura regenerativa debe ser también orgánica (4), mientras que Rodale enfatiza la innovación continua para incrementar la salud del suelo y la comunidad biológica (3).
Principios y prácticas agronómicas clave
La regeneración del agroecosistema se sustenta en una serie de prácticas agronómicas interrelacionadas, todas orientadas a mejorar la salud del suelo y los flujos naturales de agua y nutrientes. Entre los principios básicos se incluyen la cobertura permanente del suelo, la diversidad biológica y la integración de cultivos y ganado. En la práctica se promueven, por ejemplo:
Cobertura del suelo: Uso de cultivos de cobertura, acolchados o mantillos vegetales para proteger el suelo de la erosión y moderar la humedad. Estos cultivos (o residuos como hojas y rastrojos) dejan el suelo siempre cubierto, lo que incrementa materia orgánica y retiene agua (5, 6).
Rotación diversificada de cultivos: Introducción de rotaciones largas y policultivos que alternan especies distintas, rompiendo ciclos de plagas y promoviendo mayor biodiversidad biológica. Por ejemplo, intercalar cereales, leguminosas y hortalizas mejora la estructura del suelo y distribuye nutrientes de manera equilibrada (6).
Compostaje y abonos orgánicos: Incorporación de compost, estiércol animal y abonos verdes (green manure) para aumentar la materia orgánica del suelo. Estos aportes naturales nutren la microbiota edáfica, mejoran la agregación del suelo y reducen la dependencia de fertilizantes
químicos sintéticos (6).
Agroforestería y sistemas agrosilvopastoriles: Integración de árboles y arbustos en las parcelas agrícolas, y asociación de éstos con cultivos y ganado. Los árboles proveen materia orgánica (hojas), mejoran microclimas y almacenan carbono, mientras que el ganado aporta estiércol al suelo. Estas configuraciones mixtas potencian los ciclos de nutrientes y crean hábitats más diversos (4).
Ganadería integrada y pastoreo holístico: Manejo planificado del ganado dentro del sistema de cultivo. Mediante pastoreo rotativo o holístico, el ganado recorre secuencias de potreros, consumiendo vegetación de forma controlada y aportando estiércol donde pasta. Esto cierra ciclos de nutrientes y estimula la regeneración vegetal, al mismo tiempo que mejora la diversidad del suelo (4).
Manejo holístico del agroecosistema: Planificación global de la granja considerando su ciclo hidrológico y biótico completo. Se toma como referencia la sabiduría de los ecosistemas naturales (por ejemplo, secuencias de pastoreo similares a las manadas silvestres) para revitalizar el paisaje (4).
Reducción o eliminación del laboreo: Practicar labranza mínima (o no-till) para preservar la estructura del suelo y la red de raíces e insectos. Evitar volteos profundos mantiene el balance de materia orgánica y reduce la erosión. En lugar de arar, se utilizan sembradoras directas y cubiertas vegetales para mantener una capa protectora en el suelo (7, 8).
Uso mínimo de agroquímicos: Sustitución de fertilizantes y plaguicidas sintéticos por insumos orgánicos y biológicos. Esto favorece la vida microbiana del suelo y evita desequilibrios. Rodale propone eliminar por completo los insumos sintéticos, reemplazándolos con abonos naturales y compost (7).
La cobertura permanente del suelo (con cultivos de cobertura o acolchados) es fundamental en la agricultura regenerativa. Mantener el suelo cubierto con plantas vivas o mulch provee materia orgánica y actúa como “esponja” en el suelo, mejorando su porosidad y capacidad de retener agua (5, 6). Al mismo tiempo reduce la erosión por lluvia y viento, conservando la estructura del suelo. Por ejemplo, incrementar 1% de materia orgánica puede retener decenas de miles de litros adicionales de agua por hectárea cada año (9,10), lo que hace a los cultivos más resistentes a períodos secos.
Otro pilar es la integración del ganado en el sistema productivo. El pastoreo rotacional o silvopastoril, combinado con manejo holístico, permite que el ganado recorra diferentes parcelas en ciclos planificados. Los animales fertilizan el suelo con su estiércol y estimulan la vegetación, mientras evitan la sobrepastoreo. Así se mejora la dinámica de nutrientes y se emula la interacción natural entre ganado y vegetación. Por ejemplo, adoptar sistemas silvopastoriles (árboles + forraje + ganado) ha demostrado incrementar la biodiversidad y la fertilidad edáfica (4).
En conjunto, estas prácticas regenerativas restablecen un ciclo cerrado de nutrientes y agua: el suelo tiene mayor materia orgánica y mejor estructura, las raíces penetran más profundo y la infiltración mejora, y la biota del suelo (lombrices, hongos, bacterias) se vuelve más abundante. La regeneración del suelo a su vez alimenta los cultivos, incrementa la estabilidad del ecosistema y crea un sistema más sostenible en el tiempo (5, 9).
Evidencia científica de sus efectos
Numerosos estudios han evaluado los impactos de la agricultura regenerativa en diferentes indicadores. En salud del suelo, los campos regenerativos tienden a acumular más materia orgánica. Rodale Institute reporta que la materia orgánica es vital para la fertilidad del suelo y la estructura del mismo (9). Al descomponerse en humus, la materia orgánica retiene agua y nutrientes, además de sostener la vida microbiana. De hecho, suelos con mayor MO tienen más porosidad y actúan como reservorios de agua (por cada 1% extra de MO pueden almacenarse decenas de miles de litros adicionales por hectárea) (9, 11). Esta mayor retención hídrica mejora la resistencia de los cultivos ante sequías y reduce la erosión. Por ejemplo, el caso de una finca en Chiapas (México) mostró que tras aplicar prácticas regenerativas (suelo siempre cubierto y residuos orgánicos), las cosechas de maíz pasaron de ~2,5 a ~8,5 t/ha, y «por el subsuelo hoy hay agua suficiente […] incluso tras cuarenta días de sequía» (12, 13).
En biodiversidad, los sistemas regenerativos suelen albergar comunidades más ricas y funcionales. El estudio de WBCSD informa que campos regenerativos en EE. UU. registraron diez veces menos plagas que los cultivos convencionales tratados con insecticidas, lo que evidencia un control natural más efectivo (14). En general, la combinación de policultivos, coberturas vivas y ausencia de pesticidas fomenta insectos benéficos, lombrices y hongos utiles. Por ejemplo, WWF-India señala que este modelo mejora la biodiversidad del suelo a lo largo de la cadena alimentaria . A mayor escala, la reintroducción de corredores de vida silvestre (como en proyectos de WWF) ilustra cómo agricultura sostenible puede coexistir con fauna, protegiendo bosques y aumentando el secuestro de carbono en el paisaje (16).
En cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y secuestro de carbono, la regenerativa tiene un papel promisorio pero sujeto a contexto. Estudios recientes (CGIAR) estiman que las prácticas regenerativas podrían secuestrar del orden de 4,3–6,9 gigatoneladas de CO₂ al año en los suelos agrícolas –casi la mitad de las emisiones anuales globales de combustibles fósiles (17). Adicionalmente, la menor dependencia de fertilizantes nitrogenados y la cobertura constante reducen emisiones de N₂O y pérdidas de carbono. Sin embargo, la captura neta de carbono es sensible a interrupciones (por ejemplo, arar de nuevo puede liberar la materia orgánica acumulada) (17), por lo que se requiere monitoreo continuo. Vale destacar que las estrategias regenerativas pueden compensar una parte significativa de las emisiones globales; iniciativas como “4 por mil” proponen que incrementos modestos anuales del carbono del suelo compensarían el CO₂ de combustibles fósiles. En la práctica, la evidencia existente muestra tendencias favorables: por ejemplo, prácticas regenerativas han demostrado duplicar la rentabilidad de los cultivos en EE. UU. aun cuando los rendimientos agrícolas a veces disminuyen ligeramente, gracias a la reducción de costos y premium ecológico (18, 19). Además, un estudio de 30 años encontró que en condiciones de sequía las cosechas con manejo regenerativo superaron en rendimiento a sus vecinos convencionales (20), subrayando la resiliencia climática que ofrece este modelo.
Indicadores y métricas de impacto regenerativo
Para evaluar cuantitativamente los efectos regenerativos se emplean distintos indicadores agroecológicos. Entre los más usados están: el carbono del suelo (contenidos en materia orgánica, medidos en tC/ha en la capa arable), que refleja la capacidad del suelo de almacenar carbono; la infiltración/permeabilidad del suelo (por ejemplo en mm/h o volumen infiltrado) que muestra su aptitud para absorber agua; y índices de biodiversidad (como riqueza y abundancia de macroinvertebrados, hongos o polinizadores) que miden la recuperación biológica. También pueden considerarse indicadores integrados como la eficiencia energética (por ejemplo relación kilogramo de grano producido por unidad de energía fósil consumida) o los rendimientos ajustados por insumos. De forma complementaria, se usan indicadores de servicios ecosistémicos: contenido de nitrógeno, retención de nutrientes, tasa de escorrentía, etc. Por ejemplo, Rodale destaca que la biodiversidad del suelo es el principal impulsor del secuestro de carbono y la agregación del suelo (9). En la práctica, los proyectos regen registran mejoras en estos indicadores: aumentos de materia orgánica en 10–15% en una década, mayor retención de agua en suelo, y mayor actividad biológica comparado con sistemas convencionales.
Casos internacionales de éxito
La agricultura regenerativa ya se aplica en diversos contextos con resultados destacados. Por ejemplo, en México la ONG Nature Conservancy documentó el caso de una productora en Chiapas que al adoptar coberturas vivas y manejo sin quema ni químicos duplicó su rendimiento de maíz (de ~2,5 a ~8,5 t/ha) mientras recuperaba la salud del suelo (12). En la India, WWF colabora con comunidades algodoneras orgánicas en el corredor Satpura-Pench, logrando que la ganadería regenerativa aumente la fertilidad del suelo y proteja la vida silvestre local (16, 21). En España, la Asociación AlVelAl lidera proyectos colectivos de restauración agroecológica en la Región de Murcia y Andalucía, combinando olivos, cereales y pastos para regenerar dehesas tradicionales (22). Otro ejemplo es el agricultor norteamericano Gabe Brown (Dakota del Norte), quien con rotaciones complejas y pastoreo integrado ha mejorado notablemente la calidad de sus suelos sin insumos sintéticos (23). A nivel empresarial, grandes compañías (p.ej. PepsiCo, General Mills) están implementando prácticas regenerativas en cadenas de cultivo de patata, cacao y café para aumentar la productividad sostenible. En conjunto, estos casos muestran que tanto en granjas familiares como en cooperativas y grandes explotaciones es posible aumentar materia orgánica del suelo y productividades, reduciendo insumos externos (12, 21).
Perspectiva de organismos internacionales
Diversas instituciones globales han reconocido el potencial de la agricultura regenerativa en clima y alimentos. La FAO señala que este enfoque genera mayor resiliencia climática de los agroecosistemas y promueve la conservación de la biodiversidad junto con la productividad (24). En un comunicado reciente, la FAO-LAC destacó que integrar prácticas regenerativas en la agricultura latinoamericana es clave para garantizar sistemas alimentarios sostenibles y resistentes al cambio climático (24). El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) incluye dentro de sus recomendaciones el manejo de suelos como fuente de mitigación, enfatizando que aumentar el carbono orgánico del suelo es una estrategia viable de absorción de CO₂. La iniciativa “4 por mil” (COP21) precisamente promueve incrementar el carbono del suelo agrícola como mecanismo climático. Organizaciones ambientales como WWF y The Nature Conservancy apoyan proyectos en el campo que confirman el valor climático de estos sistemas: los bosques y suelos restaurados secuestran CO₂ adicional y reducen la presión sobre tierras vírgenes (12, 16). Incluso fondos internacionales y bancos de desarrollo comienzan a integrar métricas regenerativas en sus políticas, reconociendo que la regeneración del suelo contribuye a la seguridad alimentaria y a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Críticas y limitaciones
A pesar de sus beneficios potenciales, la agricultura regenerativa enfrenta cuestionamientos y desafíos. Uno es la escala y aplicabilidad: como advierten agrónomos críticos, muchas prácticas populares (labranza cero, cero pesticidas, cero fertilizantes externos) no garantizan beneficios universales sin adaptación local (8). Cada ecosistema y condición socioeconómica requiere ajustes; por ejemplo, la transición puede implicar caída temporal de rendimiento. De hecho, estudios han observado que, a corto plazo, los rendimientos en sistemas regenerativos pueden ser menores (PeerJ reportó un 29% menos de rendimiento de maíz) (18). Sin embargo, estas pérdidas se compensan con creces en muchos casos por la menor inversión en insumos y precios más altos por productos sostenibles, llevando incluso a mayores ganancias netas (PeerJ documentó +78% de rentabilidad frente a convencional) (18).
Otro reto es la falta de datos científicos a largo plazo: faltan estudios comparativos exhaustivos en diversas regiones que confirmen sistemáticamente los efectos a varios años. Tampoco existe una certificación unificada: actualmente conviven diferentes esquemas voluntarios (p.ej. Regenerative Organic Certified, impulsado por Rodale Institute en 2018) (25) pero aún no hay un sello global consensuado. En suma, los críticos apuntan que la regeneración no es una solución mágica sin contrapartidas; requiere acompañamiento técnico, incentivos económicos (por su transición) y marcos regulatorios favorables.
Conclusión
La agricultura regenerativa propone transformar paradigmas convencionales al restaurar activamente el suelo y los recursos naturales. La evidencia acumulada indica mejoras en la fertilidad del suelo, captura de carbono y resiliencia climática, junto con beneficios económicos en muchos casos (9, 20). No obstante, su implementación a gran escala dependerá de factores contextuales: capacitación técnica, subsidios adecuados y voluntad política. En términos técnicos, el modelo es prometedor como parte de la solución para la crisis agroambiental global, pero no reemplaza por completo otras estrategias. Su viabilidad a gran escala exige adaptar prácticas a cada región y medir rigurosamente los resultados. En conclusión, la agricultura regenerativa puede ser una vía efectiva para transformar la agricultura convencional y contribuir a la seguridad alimentaria y climática, siempre que se aplique con conocimiento agronómico, evidencias científicas y respaldo instituciona (8, 9).
Fuentes: Documentos de la FAO, Rodale Institute, WWF, TNC y estudios académicos relevantes (1, 9, 12, 17, 18, 21).
(1) Agricultura regenerativa: aliada para un futuro sostenible | FAO
https://www.fao.org/family-farming/detail/es/c/1739429/
(2, 18) Regenerative agriculture: merging farming and natural resource conservation profitably [PeerJ]
https://peerj.com/articles/4428/
(3, 25) Agricultura Orgánica Regenerativa - Rodale Institute
https://rodaleinstitute.org/es/por-qu%C3%A9-org%C3%A1nico/fundamentos-org%C3%A1nicos/agricultura-org%C3%A1nica-regenerativa/
(4) Cómo las mejores prácticas de agricultura y uso de la tierra orgánicas y regenerativas pueden revertir el calentamiento global - Regeneration International
https://regenerationinternational.org/2021/03/11/como-las-mejores-practicas-de-agricultura-y-uso-de-la-tierra-organicas-y-regenerativas-pueden-revertir-el-calentamiento-global/
(5, 11) El suelo y el agua en Agricultura Regenerativa
https://www.agriculturaregenerativa.es/suelo-y-agua/
(6, 7, 9) rodaleinstitute.org
https://rodaleinstitute.org/wp-content/uploads/Rodale-Soil-Carbon-White-Paper_v11-compressed.pdf
(8) (PDF) Regenerative Agriculture: An agronomic perspective
https://www.researchgate.net/publication/349732241_Regenerative_Agriculture_An_agronomic_perspective
(10) Organic Matter Can Improve Your Soil's Water Holding Capacity
https://www.nrdc.org/bio/lara-bryant/organic-matter-can-improve-your-soils-water-holding-capacity
(12, 13) Nature
https://www.nature.org/es-us/que-hacemos/nuestra-vision/perspectivas/agricultura-regenerativa-mexico-aumenta- cosechas-restaura-naturaleza/
(14, 17, 19, 20) These regenerative agriculture trials prove that farming can improve soil health without sacrificing yield | WBCSD
https://www.wbcsd.org/news/these-regenerative-agriculture-trials-prove-that-farming-can-improve-soil-health-without-sacrificing-yield/
(15, 16, 21) ¿Puede la agricultura dentro de los corredores de vida silvestre beneficiar a las personas y la biodiversidad? | Historias | Descubre WWF
https://www.worldwildlife.org/descubre-wwf/historias/puede-la-agricultura-dentro-de-los-corredores-de-vida-silvestre-beneficiar-a-las-personas-y-la-biodiversidad
(22, 23) Agricultura regenerativa: Casos de éxito
https://isam.education/agricultura-regenerativa-casos-de-exito/
(24) Ganadería y Agricultura Regenerativa | FAO
AgroPetEd
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