Adaptando la alimentación de perros y gatos sénior
La etapa sénior de perros y gatos conlleva cambios fisiológicos que requieren ajustes en su dieta. A medida que envejecen, su metabolismo se vuelve más lento, pierden masa muscular y pueden tener problemas dentales o digestivos.
MASCOTAS
9/19/20258 min leer
La etapa sénior de perros y gatos conlleva cambios fisiológicos que requieren ajustes en su dieta. A medida que envejecen, su metabolismo se vuelve más lento, pierden masa muscular y pueden tener problemas dentales o digestivos. Una alimentación adecuada en estos años dorados ayuda a mantener su peso ideal, la salud de órganos vitales y una buena calidad de vida. A continuación se detallan los aspectos clave para identificar la edad sénior de tu mascota, los cambios propios de la vejez, los nutrientes esenciales en esta etapa y recomendaciones prácticas para adaptar su dieta de forma gradual y segura.
¿Cuándo se considera sénior a tu mascota?
La edad exacta para considerar a un perro o gato como “sénior” varía según especie y tamaño. En general los perros se consideran adultos mayores alrededor de los 7–8 años (1). Sin embargo, las razas grandes envejecen antes que las pequeñas: por ejemplo, un perro grande puede ser sénior desde los 6–7 años, mientras que uno de raza pequeña puede tardar 8–9 años en llegar a esa etapa (1, 2). Los gatos, en cambio, suelen entrar en la etapa sénior aproximadamente a los 7–10 años (algunas fuentes señalan edad típicas de 10–11 años ) (3, 4). Estas edades son orientativas: lo más importante es observar los signos de envejecimiento (disminución de actividad, cambio de apetito, rigidez articular, etc.) y consultar al veterinario, pues la edad fisiológica puede diferir de la edad cronológica.
Cambios fisiológicos en la vejez
Con la edad se producen varias adaptaciones corporales en perros y gatos:
Peso y musculatura: Los animales sénior suelen tener metabolismo más bajo y actividad física reducida (5). Esto favorece la acumulación de grasa corporal y la pérdida de masa muscular. La atrofia muscular es frecuente, por lo que requieren más proteínas de calidad para compensarla (ver Nutrición).
Metabolismo lento: La menor eficiencia metabólica implica que queman menos calorías. Por ello, tienden a subir de peso si se mantienen las mismas porciones de antes. Controlar la cantidad diaria y ajustar las calorías es clave (5).
Salud dental: Los dientes y encías suelen deteriorarse. Es común la gingivitis y la pérdida de piezas dentales (6). Esto dificulta la masticación de alimentos secos o duros. Debemos ofrecer comidas más blandas, croquetas remojadas o húmedas según lo recomiende el veterinario, y cepillar los dientes periódicamente.
Digestión más débil: La función digestiva se ve afectada por la edad. La absorción de nutrientes disminuye y la motilidad intestinal suele ser más lenta. Esto explica por qué los alimentos deben ser más fáciles de digerir y contener algo más de fibra (6, 7). También aumenta el riesgo de estreñimiento u otros trastornos intestinales.
Movilidad y articulaciones: Muchos perros y gatos mayores desarrollan artritis u otros problemas articulares. Podemos notar cojera leve, rigidez al levantarse o rechazo a subir escaleras (8). El dolor articular reduce la actividad física, agravando la pérdida muscular y el sobrepeso.
Cambios en gatos ancianos: A partir de ~10 años muchos gatos adelgazan debido a enfermedades comunes en la vejez (hipertiroidismo, insuficiencia renal o cardiaca subclínica) (9). Además, los gatos mayores tienen menor capacidad para digerir las proteínas y grasas (10). A pesar de esto, no conviene restringir demasiado las proteínas en su dieta, ya que necesitan mantener su masa muscular. Las dietas ideales limitan el fósforo (por salud renal) pero sin reducir excesivamente las proteínas (10).
En resumen, los perros y gatos sénior requieren alimentos que compensen la pérdida muscular, reduzcan la carga en su digestión y cuiden sus articulaciones y órganos. La siguiente sección detalla los nutrientes más importantes en esta etapa.
Nutrientes clave en la etapa sénior
Para apoyar la salud de las mascotas mayores, la dieta debe enfatizar ciertos nutrientes:
Proteínas de alta calidad: Son esenciales para mantener y reparar tejidos, especialmente la masa muscular que tiende a disminuir con la edad. Se recomiendan fuentes magras de proteína animal (carne de res, pollo, pavo, pescado) que aporten aminoácidos esenciales (11). Al ser muy digeribles, estas proteínas favorecen el mantenimiento de músculos fuertes en el senior.
Ácidos grasos Omega-3 (EPA y DHA): Estos aceites esenciales (presentes en pescados grasos como salmón, sardinas, o suplementos de aceite de pescado/linaza) tienen poderosas propiedades antiinflamatorias (12). Ayudan a aliviar el dolor articular y protegen la salud cerebral. También promueven un pelaje sano y combaten el envejecimiento celular.
Fibra dietética: Contribuye a regular el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento, problema común en mascotas mayores. Una dieta con un poco más de fibra (por ejemplo calabaza, zanahoria, guisantes o granos integrales) mejora la digestión (13). Además, la fibra aporta saciedad sin exceso de calorías, ayudando a controlar el peso.
Antioxidantes (vitaminas A, C, E, otros fitoquímicos): Combaten los radicales libres generados por el envejecimiento celular y refuerzan el sistema inmunológico debilitado. Se encuentran en frutas y verduras frescas (arándanos, zanahorias, espinacas, brócoli, etc.) (14). Una dieta rica en antioxidantes puede retardar la aparición de enfermedades crónicas.
Glucosamina y condroitina: No son nutrientes esenciales en el sentido estricto, pero suelen añadirse como suplementos naturales o presentes en ingredientes como el caldo de huesos. Estas sustancias apoyan la salud de las articulaciones y el cartílago, aliviando la rigidez osteoartrítica que aparece con la edad (15).
Vitaminas y minerales: La absorción de micronutrientes (calcio, fósforo, vitaminas del grupo B, etc.) puede disminuir en la vejez. Es importante garantizar su aporte adecuado. El calcio y fósforo balanceados cuidan la salud ósea, y vitaminas del complejo B (B12, ácido fólico) son
cruciales para el sistema nervioso (16).
Agua: Es el “nutriente” más importante. Perros y gatos mayores pierden algo de la sensación de sed y tienen riesgo de deshidratación (17). Deben tener siempre agua fresca disponible. Ofrecerles comida húmeda (que contiene 70–80% de agua) puede incrementar la ingesta hídrica pasiva (17) y es especialmente útil en climas secos o cuando el animal come poco.
Adaptación de raciones, frecuencia y tipo de alimento
Ajustar el modo de alimentación es tan importante como el contenido del alimento. Algunas recomendaciones prácticas:
Porciones pequeñas y frecuentes: En la vejez la digestión se hace más lenta. En lugar de dos comidas copiosas, ofrece varias raciones más pequeñas al día (por ejemplo, 3–4 tomas) (18). Esto facilita la digestión y evita molestias estomacales.
Comida húmeda: Introducir comida enlatada o húmeda (pâté) ayuda a la hidratación (17, 19). Estos alimentos suelen ser más blandos y sabrosos, ideales para mascotas con problemas dentales o con apetito bajo. El alto contenido de agua también contribuye a la hidratación general.
Control de calorías: Es fácil que un sénior sedentario aumente de peso. Sigue siempre las pautas de ración recomendadas por peso ideal, adaptándolas a su nivel de actividad (20). Evita los excesos: una mascota debe mantener su condición corporal en óptimo rango. Pesar a tu mascota periódicamente ayuda a detectar si hay sobrepeso o pérdida de masa.
Ajustes físicos: Para perros con artritis o movilidad reducida, un comedero elevado (al nivel del pecho) puede hacerles más cómodo comer (21). Para gatos con osteoartritis en patas traseras, colocar el plato a media altura o sobre una estera antideslizante ayuda. Además, ofrece los platos en un lugar tranquilo y estable (ningún otro animal compita por la comida) (22).
Seco vs. húmedo: No hay fórmula única; lo ideal suele ser una combinación. El alimento seco (pienso) es práctico y ayuda a la salud dental al requerir masticación. El alimento húmedo aporta hidratación y palatabilidad. Con gatos, se recomienda especialmente usar más comida húmeda debido a su tendencia a beber poca agua. Para perros, elegir un mix de seco y húmedo según preferencia también es válido, vigilando la cantidad total de calorías.
Monitorear respuestas: Observa cómo reacciona tu mascota a los cambios: si notas pesadez estomacal, vómitos, diarrea o falta de aceptación de la comida, ajusta las porciones, mezcla o tipos de alimento en consecuencia. En caso de duda, consulta al veterinario o nutricionista animal.
Alimentos comerciales vs. dietas caseras supervisadas
Alimentos comerciales de calidad: Ofrecen la manera más fácil de asegurar una nutrición equilibrada. En el mercado hay fórmulas específicas para mayores, con el perfil nutricional adecuado (proteína elevada, grasas controladas, fibra adicional, omega-3 y vitaminas) (23). Estos piensos y patés han sido testados para cubrir las necesidades de salud de las mascotas sénior. Por ejemplo, los alimentos húmedos suelen ser más concentrados energéticamente y fáciles de digerir (24), lo cual resulta útil para animales con bajo apetito o digestión sensible.
Dieta casera supervisada: También es posible preparar comidas caseras, pero siempre bajo supervisión profesional. Un menú correcto puede incluir: carnes magras cocidas (pollo, pavo, res, pescado), arroz o avena cocidos, y vegetales como zanahoria, calabaza o calabacín (25). Estas recetas naturales aportan ingredientes frescos y nutritivos. Sin embargo, es fundamental complementar con suplementos vitamínicos/minerales (por ejemplo, calcio, aceite de pescado) para equilibrar la dieta. Además, algunas comidas caseras populares pueden ser peligrosas: nunca dar chocolate, uvas/raisins, cebolla, ajo, aguacate, entre otros (26). Siempre consulta con el veterinario para ajustar las proporciones y asegurar que la dieta casera no tenga carencias ni excesos.
Señales de alerta de que la dieta no está funcionando
Incluso una dieta bien planteada puede fracasar si el animal no la tolera o es insuficiente. Debes vigilar atentamente cualquier signo de deterioro. Por ejemplo, un pelaje sin brillo o en malas condiciones suele indicar falta de ácidos grasos o proteínas de calidad (27). Problemas en la piel (irritación, picor) también pueden apuntar a carencias nutricionales. Los trastornos digestivos persistentes –heces blandas, con mal olor, vómitos o gases frecuentes– son señales claras de que el alimento no se está asimilando bien (28).
Otros indicadores incluyen apatía o falta de energía, así como cambios drásticos en el apetito (por ejemplo, hambre continua o bien rechazo total de la comida) (29). En estas situaciones, reevalúa la dieta: puede ser necesario ajustar la cantidad, la calidad o el tipo de alimento. Cualquier pérdida o aumento de peso inexplicado debe ser motivo de consulta, pues sugiere que la dieta necesita corregirse. En general, un animal bien alimentado sénior mantendrá un pelaje lustroso, buen nivel de energía acorde a su edad y hábitos intestinales estables (27, 30).
Transición gradual al nuevo plan alimenticio
Para evitar problemas digestivos, los cambios de dieta deben ser graduales. Se recomienda hacer la transición en un período de 7–10 días (31). Por ejemplo, durante los primeros 2 días mezcla un 25% de comida nueva con un 75% de la anterior; luego al segundo paso, 50%/50%; y finalmente 75% nuevo por 25% viejo hasta completar el cambio. Así el aparato digestivo se adapta progresivamente. Durante este periodo observa bien al animal: si aparecen diarrea, vómitos o falta de apetito, alarga la transición más días reduciendo la proporción de nuevo alimento. Siempre ofrece comida fresca y limpia, y asegúrate de que el animal tenga acceso permanente a agua limpia. Un cambio de dieta bien planificado y supervisado minimizará el estrés digestivo y ayudará a tu perro o gato sénior a aprovechar al máximo sus nuevos nutrientes.
Fuentes: La información proviene de guías veterinarias y expertos en nutrición animal que describen los cambios fisiológicos del envejecimiento y recomiendan adaptaciones dietéticas específicas para perros y gatos mayores (1, 6, 11, 18, 23, 27), entre otros estudios especializados. Estos aportes respaldan las recomendaciones prácticas aquí expuestas.
(1, 8) ¿Cuándo se considera a un perro sénior? | Purina
(2) ¿Cuándo y cómo cambiar el alimento para adultos por el alimento para perros senior? | Edgard & Cooper Base de conocimientos
https://faq.edgardcooper.com/es/articles/8860356-cuando-y-como-cambiar-el-alimento-para-adultos-por-el-alimento-para-perros-senior
(3) Gatos en edad adulta: Lo que necesitas saber para cuidar de un gato de edad avanzada | Purina
https://www.purina.com/es/articulos/gato/gato-senior/salud/edad-de-los-gatos-senior
(4) ¿Cuándo y cómo cambiar el alimento para adultos por el alimento para gatos senior? | Edgard & Cooper Base de conocimientos
(5, 6, 9, 10, 17) Envejecimiento y nutrición en nuestras mascotas | AniCura España
https://www.anicura.es/consejos-de-salud/otros-animales/consejos-de-salud-para-mascotas/envejecimiento-y-nutricion-en-nuestras-mascotas/
(7, 11, 12, 13, 14, 15, 16) Dieta natural para perros y gatos senior. ¡Descubre cómo cuidarlos!
(18, 19, 20, 21, 22) Alimentar a perros senior: la guía completa | Purina
https://www.purina.es/cuidados/perros/mayores/alimentacion/alimentar-a-perros-senior
(23, 24, 25, 26, 30, 31) Dieta equilibrada para perros | Santévet
https://www.santevet.es/articulo/como-alimentar-a-mi-perro
(27, 28, 29) Mi perro no come bien | Consejos ofrecidos por Chuchupets
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